Dios es Un Matemático
Dios es Un Matemático
Por Keith Newman
La
autenticidad de la Biblia Sagrada ha sido atacada en determinados intervalos
tanto por ateos como teólogos por igual, pero ninguno es capaz de explicar el
sello matemático que habita en su seno y a la superficie.
Podremos
observar que la mano divina se ha ido moviendo para prevenir falsificaciones en
las páginas de la Biblia, de igual modo que sucede en paralelo con los billetes
de dinero. La numeración Bíblica aparece siendo la marca o sello impreso
de autenticidad.
La
investigación más importante sobre este numérico
sello se ha llevado a cabo por una narrativa surgida en una nación nativa
del mundo más reconocidamente ateísta, Rusia. Iván Panin nació en Rusia el 12
de Diciembre de 1855. De joven fue un activo nihilista y partidario del Zar y
su gobierno. Fue un genio matemático que murió como escolar de Harvard y
ciudadano de los Estados Unidos en 1942.
Panin era
un exiliado de Rusia. Y después de ocupar una serie de años estudiando en
Alemania, se marchó a los Estados Unidos, donde llegó a ser un formidable
leccionador del criticismo literario. Panin.
fue conocido como un sólido agnóstico – tan bien conocido, que, cuando dejó de
lado su agnosticismo y aceptó la fe Cristiana, los periódicos de más difusión
pusieron titulares de su conversión.
Fue en
1890 que Panin descubrió la estructura matemática subyacente al vocabulario del
Nuevo Testamento Griego. Estaba por casualidad leyendo el primer versículo del
evangelio de Juan en el Griego: “En el
principio era la Palabra y la Palabra estaba con (el) Dios y la Palabra era Dios…”.
Panin
sintió curiosidad por saber el motivo de la palabra “el” anterior a la palabra
“Dios” en un caso y en el otro no. Al
examinar el texto se dio cuenta de un cierto número de relaciones. Este fue el
primero de los descubrimientos que le llevaron a su conversión y a desvelar el
extenso código numérico. Panin fundó su prueba en el más antiguo y más preciso
manuscrito – El Texto Hebreo Receptus
y el Texto Westcott y Hort.
En el
lenguaje original de la Biblia, la mayor parte es Hebrea y Griega, no existen
símbolos separados para los números, las letras del alfabeto también se emplean
para indicar números.
El valor
numérico de una palabra es la suma total de todas sus letras. Se debió a la
curiosidad que en principio Panin descubriese y fuera consciente de los números
subyacentes a los textos: De las Secuencias y Modelos que comenzaron a surgir.
Esto produjo un tal sentimiento en el corazón del ruso que se dedicó 50 años de
su vida a reproducirlas en las páginas de la Biblia.
Este
complejo sistema de numeración, visible e invisiblemente, satura cada libro de
las escrituras, enfatizando así ciertos pasajes e ilustrando más profundos o
posteriores significados en tipos y sombras. El 66 por ciento de la Biblia (39
en el Antiguo y 27 en el Nuevo) fue escrito por 33 distintas personas.
Aquellos
autores fueron esparcidos por varias naciones del mundo y eran provenientes de
un muy amplio ámbito de antepasados. Muchos de ellos tenían poca o ninguna
escolaridad. La totalidad de la Biblia fue escrita sobre un periodo de 1.500
años con un silencio de 400 años aparte del Apócrifo entre los dos Testamentos.
A pesar de todos los obstáculos, en los libros Bíblicos se encuentra un
registro armonioso, cada uno de acuerdo con el otro.
Panin dice
que las leyes de la probabilidad se exceden a los billones cuando intentamos racionalizar
la autoría de la Biblia como si fuese la obra de un hombre. En una ocasión
confesó: Si la lógica humana es digna
para alguna cosa, somos sencillamente llevados a concluir que, si mis actos
presentados son ciertos, entonces el hombre jamás podría haber hecho esto.
Debemos asumir que (1) el Poder más alto que el hombre,
guio o condujo a los escritores, en una tal vía o senda, tanto si ya la
conocían como si no, 82) que la realizaron y llevaron a cabo, y (3) que el Gran
Dios les inspiró hasta acabarla completa.
La Biblia
en sí declara abiertamente que es la mismísima respiración viva de la palabra
del Creador. Las palabras: Así dice el
Señor y Dios dijo aparecen más de
2.500 veces a través de la escritura.
En 2ª
Timoteo 3:16 se declara: Toda la
escritura se da por inspiración de Dios. Y a seguir, en 2ª Pedro 2:20-21 se
afirma claramente: Ninguna profecía de
las escrituras es de interpretación privada. Porque la profecía no vino en el
tiempo antiguo por la voluntad del hombre: sino que santos hombres de Dios
hablaron siendo motivados por el Espíritu Santo.
Tomemos el
número “Siete” como una ilustración de la vía por la cual opera el modelo.
Siete es la más prolífica de las series matemáticas que reúne juntas la
escritura. Ya en el primer versículo de la Biblia: En el principio Dios creó el cielo y la tierra (Génesis 1:1) se
hallan contenidas por encima de 30 combinaciones del siete.
Este
versículo tiene siete palabras Hebreas conteniendo un total de 28 letras 4 X 7.
El valor numérico de los tres nombres “Dios”.
“cielo” y “tierra” totaliza 777. Cualquier número en triplicado expresa
un completo, último o total significado. Además, sólidamente sellado con sietes
están la genealogía de Jesús, el registro del nacimiento virginal y la
resurrección. El Siete aparece como un número 187 veces en la Biblia (41 x 7),
la frase “siete veces” aparece siete veces y “setenta” aparece 56 veces (7 x
8).
En el
Libro del Apocalipsis brilla positivamente el siete: tenemos siete candeleros
de oro, siete epístolas para siete iglesias, un libro sellado con siete sellos,
siete ángeles de pie delante del Señor con siete trompetas, siete truenos y
siete últimas plagas. De hecho tenemos más de 50 ocurrencias del número siete
en Apocalipsis.
Tenemos 21
escritores del Antiguo Testamento cuyos nombres aparecen en la Biblia (3 x 7).
El valor numérico de sus nombres es divisible por siete. De estos 21, siete se
nombran en el Nuevo Testamento: Moisés, David, Isaías, Jeremías, Daniel, Oseas
y Joel. El valor numérico de estos nombres es 1554 (222 x 7). El nombre David
se encuentra 1134 veces (162 x 7).
El sello
de Dios también impregna la creación como si estuviese entretejida en la propia
fábrica de la naturaleza.
La Biblia
ha declarado que los años del hombre sean de tres por veinte más diez (70). El
desarrollo del embrión sucede en un exacto periodo de sietes o 28 días (4 X 7).
La ciencia Médica nos dice que el cuerpo humano se renueva célula por célula
cada siete años.
Nos han
informado que el pulso bate más pausadamente cada siete días como si estuviera
de pleno acuerdo con el séptimo día del reposo proclamado en la semana de la
creación del Génesis. Y Dios formó al hombre del polvo de la tierra (Gén2:7);
la ciencia confirma que el cuerpo humano está hecho de los mismos 14 elementos
(2 X 7) que se encuentran en su medio puñado de polvo.
La luz del
sol se compone de los siete distintos colores exhibidos en el arco iris. En la
Música tenemos siete notas distintas que culminan en un coro u octava, al
comienzo de un nuevo siete.
En casi
todos los animales, la incubación o periodo de gestación es divisible por
siete. El Siete generalmente es referido como “El sello de Dios” o el número de la perfección espiritual.
Ocho es el
número de la nueva vida o “resurrección”.
Es el número personal de Jesús. Cuando sumamos los valores de las letras del
nombre Jesús en el Griego obtenemos 888. Jesús fue denominado el Cristo, el
valor numérico de este título es 1480 (185 x 8). Él fue Salvador, que contiene
el valor 1408 (2 x 8 x 88).
Jesús es
además Señor, que nuevamente es un múltiplo de ocho, 800 (100 x 8). El Mesías
contiene el valor numérico 656 (82 x 8). Jesús también se tituló a Sí Propio el Hijo del hombre. El término aparece
88 veces y se valora en 2960 (370 x 8).
Jesús dijo
“Yo soy la verdad”: el valor numérico
de “la verdad” es 64 (8 x 8). El
último libro en la Biblia es la Revelación (Apocalipsis) de Jesucristo que
contiene exactamente 888 palabras Griegas. Ocho personas fueron salvas en el
Arca al tiempo del gran diluvio de Noé. Dios hizo un pacto con Abraham para que
cada niño varón Judío fuese circuncidado al octavo día de su vida.
Tenemos
ocho casos individuales de resurrección referidos en la Biblia aparte de Jesús.
Tres suceden en el Antiguo Testamento, tres en los evangelios y dos en los
Hechos. Jesús se levantó de la muerte al octavo día o primer día de la nueva
semana. El Espíritu Santo también descendió del cielo al octavo día.
El Nueve
es completado o finalidad. El primer ejemplo de su empleo es aquel
infinitamente sellado primer versículo de la Biblia: “En el principio Dios” que en Hebreo es: Brayshith Elohim y que contiene el valor numérico de 999. La
siguiente declaración “creó el cielo” también está sellado con 999.
El número
nueve está dotado con una cualidad peculiar, es la finalidad en sí mismo. No tan solo es el número singular final,
sino, que, si lo multiplicas por cualquier otro número, la suma de las
resultantes figuras revertirán siempre de vuelta al nueve (2 x 9 = 18 / 1 más 8
= 9 etc.).
Hay nueve
dones básicos disponibles para el creyente Cristiano a través del poder del
Espíritu Santo de Dios (1ª Corintios 12:8-10). Existen nueve básicos frutos que
deberían ser evidenciados en la vida del creyente (Gálatas 5:22-23). Las
palabras “mi ira” contienen el valor
numérico 999. La palabra “Amén” o “en verdad” se valora en 99 y aparece 99
veces.
La obra
sobre la cruz se completó a la hora nona cuando Jesús dijo “Se acabó”. El derramamiento de Su sangre finalizó. Visó un final
para el sistema antiguo del sacrificio de animales para expiación por el
pecado. La palabra “sangre” en este
sentido aparece 99 veces.
Una gran
superstición ha rodeado siempre al número 13 como siendo desafortunado u obscuro.
Tal vez con buena razón. Una de las más convincentes pruebas de los orígenes de
este número puede verse rastreando todos los nombres por los cuales Satán es
conocido. Drakon o dragón contiene un valor de 975 (13 x
75) y aparece 13 veces. Peirazon o tentador contiene un valor de 1053 (13 x 81). Belial, que es la personificación del mal, contiene un valor de 78
(13 x 6).
Anthropoktonos o asesino contiene un valor de 1820 (13 x
40). Ophis o serpiente es 780 (13 x 60). La frase empleada por el Espíritu Santo
Ho kaloumenos diablos kai ho Satanas o “llamado
el Diablo y Satanás” está valorada 2.197 (13 x 13 x 13).
Este
artículo es en verdad una muy grande simplificación de la obra de Panin y otros
tantos que siguieron sus huellas. La obra inicial de Panin envuelve unas 40.000
páginas de material sobre el cual ha escrito millones de pequeños cálculos
ordenados. Envolvía volúmenes de libros.
Por norma
general dedicaba más de 18 horas al día explorando la vasta estructura
numérica. En gran medida era una tarea ingrata. Panin dijo “Cuando al comienzo hice el descubrimiento,
por supuesto, me caí al suelo – me hallé en la misma condición que nuestro
amigo Arquímedes, que, cuando resolvía un gran problema matemático mientras se
duchaba, se bajó a la calle gritando desnudo: ¡Lo encontré! ¡Lo encontré! Pensé que las personas irían a deleitarse
abrazando el nuevo descubrimiento, sin embargo lo que encontré es que la
naturaleza humana siempre es la misma. Así que quieta y aisladamente hice todo
mi trabajo por mí mismo”.
Aunque pudiera
parecer que su obra se halle perdida de las lecturas populares de hoy en día,
Panin completó varias obras impresionantes. Publicó La Estructura en la Biblia el Nuevo Testamento Numérico Griego y el
Nuevo Testamento Numérico Ingles.
Las obras
de Iván Panin han sido expuestas delante de los expertos muchas veces. Panin
una vez desafió a nueve notables racionalistas y críticos Bíblicos por medio
del periódico New York Sun del 9 de noviembre de 1899. Se dirigió a ellos para
refutar públicamente o dar una explanación para unos pocos de sus hechos
presentados. Cuatro de ellos presentaron débiles excusas. El resto se quedó
callado.
Panin
acostumbraba lanzar un desafío a través de los periódicos más difundidos
pidiendo una explanación o revocación de los hechos. Ni una sola persona aceptó
el reto. Falleció en Aldrshot, Ontario Canadá el 30 de octubre de 1942, a la
edad de 87 años.


http://www.biblebelievers.org.au/
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