CARTA A LA IGLESIA


Por Juan Luis Molina

Pero antes está, que vamos a ser llamados desde lo alto!

Lo cierto es que todos los cristianos aguardan por algo; lo único común entre las iglesias es que nos hayamos venido, o nos hayan traído, a todos, como a una "sala de espera". Aunque bien podríamos utilizar el plural, y decir "esperas", pues no todos los cristianos confiesan la misma esperanza. Es que no todos los denominados Cristianos aguardan lo mismo; y en este "intervalo" aguardando, al ser llamados por nuestros nombres, unos dicen que irán al cielo, aunque no sepan especificarlo o ilustrarlo ni sepan bien lo que el cielo pueda venir a ser; hay otros que sí tienen conocimiento Escritural, y estos son más específicos y dicen esperar ser llamados al Bema; y otros además, por su lado en la sala, lo que aguardan es la Venida de Cristo a la tierra con sus millares de santos. Y por último, los menos visibles en la lista de espera, están los que aguardan para ver en concreción el lugar que el Espíritu Santo les ha enseñado a Su Diestra, y estos últimos serán llamados En Cristo primero. Estos últimos cristianos, como decimos, que en la sala de espera aguardan calladitos esperando a toda hora que sean erguidos, casi nunca son visibles en la congregación de reunidos en la antesala de las esperanzas cristianas. Andan cada uno por Su lado, por el lado que la Cabeza determine. No se juntan a menos que el Espíritu les junte. Pero generalmente andan solos y embaucados en las cosas del Espíritu. Son ULTRADEPENDIENTES DE DIOS EN EL CRISTO QUE AHORA VIVE SU VIDA POR ELLOS. Por eso saben que nada pueden, y le dejan en manos del Padre todas sus cosas. Es cierto que han muerto para el mundo. Sus familias, al principio, se resignan generalmente, pero no dejan de forzarlos a "enveredar" por la senda de todo el mundo. Juzgaban que un "buen cristiano" debía saber ser un buen padre de familia, y que gobernase sus negocios con sabiduría. Todo lo contrario sucede con estos tales EN CRISTO. Aunque quisieran, ya no pueden atender a esos quehaceres. Es cierto que, para los demás cristianos, tengan la esperanza que tengan, todas esas virtudes éticas universales siguen vigentes, y se pueden señalar los que no son tan "fanáticos" como para descuidar a sus familiares y negocios y dejarlos de lado. Además, el Dios y Padre de ellos, es un Dios que quiere de todas formas que él se ocupe de estas cosas, y habla de la prosperidad, de la vida abundante, de la salud y de mil bendiciones más; en esto se parecen bastante con los políticos mundanos; y como ellos también procuran los medios para traer "la paz en el mundo".

Como vemos, hay muchas "esperanzas" entre los cristianos de nuestros días, en la sala dispensacional que nos hallamos.

Yo, que arrastro mi alma pecadora la mayor parte del tiempo solo por sueños, visiones y revelaciones, hoy andando por Madrid y de camino al restaurante donde cenaba con mi hermano, iba pensando en el descanso tan monumental que me dio Dios, cuando con todas las pruebas me enseñó que el hombre jamás vendría a modificarse, y mucho menos a "convertirse", y el Espíritu comenzó en mi trayecto a exponerlo más claro:

"Mira, mefi-boset, creo que no debe haber una idea o pensamiento más erroneo y engañoso para el "cristiano" que la doctrina de la "conversión" que se han sacado de su imaginación. Mira bien lo que te digo: Si tan siquiera pudieses ser modificado (como Yo te he enseñado que jamás podrías), no habría Yo tenido que entregar a Mi Hijo Jesucristo en manos de Sus enemigos. Para qué? si bastase que tú te convirtieras para volverte a Mí, de todo "tu corazón", entonces Su sacrificio habría sido un tremendo desperdicio. Y al no entenderlo el hombre, todavía, tampoco comprende de que valió la expiación o pago que cumplió en Su agonía. La Gente también sigue diciendo por ejemplo que se convirtieron al Islam, o al Budismo. Y no pocos cristianos, compartiendo la ignorancia de la Gente del mundo, como no conocen Mi sentencia sobre la humanidad entera, tratan también ellos en todo momento de "convertir" lobos en corderos: Hacer prosélitos conversos para la Iglesia y expandir así por el mundo Mi verdad y conocimiento. Pero es que el oído carnal humano no puede discernir las cosas celestiales. Es como si tú le hablases castellano a un pobre chino que nunca haya salido de su región ni escuchado otra lengua sino el mandarín. Mi Verdad y Conocimiento solo se extenderá por el mundo como las aguas cubren el mar el Día que hayan doblado todos sus rodillas en completa sumisión, y entonces Yo desbordaré Mi Palabra con los medios que me haya propuesto."

Y siguió diciendo:

"Todo esto de la "conversión" del mundo es un engaño tremendo del enemigo para obstaculizar el Llamamiento Supremo en Cristo; pero fíjate cómo pude en Mi tiempo hacerte a ti reconocer Mi Voz, siendo tan inútil y de ningún provecho. Faltará alguno de lo que Yo escogí antes de la fundación del mundo? Así que hoy en día, no se te debería ocurrir llamar a nadie a Mi diestra, ni nada parecido. Porque solo entrarán en Mi reposo aquellos que Yo solo quiera y haya escogido; y a ti solo te he traído aquí para que veas Mis propósitos cumplidos, y que me alabes en tu deslumbramiento viendo Mi perfección!"

Llegué al restaurante resplandeciente con este bendito descanso en mi meditación; ya estaban Nono y Maria, y María la mujer de mi hermano, me presentó a su hermana Conchita y pedimos la carta. Comimos callos a la madrileña, esta vez regados con una botella de Rioja tinto que escogieron Nono y María. Se hacen los "callos" con tripa de cerdo cocida hasta quedar muy tierna, y en el caldo se cuecen morcillas y chorizos deliciosos que le dan después de dos horas cociendo una salsa final espesa donde unta bien el pan. Es picante y conlleva algunas aromáticas como hierba buena y comino.

Conchita es psicóloga y le han diagnosticado una "metástasis" o propagación cancerígena por varias partes de su cuerpo. Tiene treinta y seis años y la vitalidad de una nina de quince. Yo sabía de antemano de su estado por mi hermana Charo, y en el camino a pie hasta el restaurante andaba pensando en esto de la "esperanza" del cristiano. Sin embargo, con aquella enseñanza, el Espíritu me descansó diciendo que no quisiera yo "darle esperanzas a nadie". Por eso llegué resplandeciente y bien dispuesto a la cena. Ni yo hablé de esperanzas, ni Conchita en ningún momento juntos en la cena sacó a relucir su estado de salud. Y dos horas y media más tarde salimos del restaurante y volvimos los dos a hacer el camino de vuelta a pie. Son las doce y media de la noche y todavía hay abiertas varias cervecerías y bares. Tomamos la última? Abotoné el abrigo y sin más demoras, despidiéndonos de Nono y María, acabamos en amena tertulia hasta que cerraron el local a las tres de la madrugada.

Dejé a Conchita a la puerta de su casa, y yo seguí bajando la Avda. Castellano hasta el parque del Retiro, después giré a la izquierda hasta la puerta de Alcalá, y de ahí a casa de Charo som más solo diez minutos. Cuando despedía Conchita, comenzó el Espíritu a enseñarme más cosas del llamamiento supremo como si nada nos hubiera interrumpido en mi ida al restaurante, y siguió diciendo:

"Ayer me preguntabas cómo era posible que Pablo dijese en el Gran Secreto que YA ESTAMOS SENTADOS A LA DIESTRA, y que al mismo tiempo, en Filipenses, donde escribe ya hecho "prisionero de Jesucristo", nos diga que él mismo no pretenda ya haberlo alcanzado."

"Pues, mira, ignorante mefi-boset: No que haya llegado ya, dice el apóstol viendo todo el Cuadro completo de Mis propósitos acabados, donde Yo le enseño "lo que no es" como "si fuese ya"; y como Abraham, ya no pudo con lo que vió y palpó volverse atrás; sino que por el enamoramiento con el cual le envuelvía Yo Su Dios y Padre, no dejaba de mirar el sitio de donde provenía Mi Voz, desde la tercera y más alta gloria; y entonces, conociéndo un mero rasgo o centella de Mi gloria y hermosura, se "sentó" en el lugar preparado por Su Padre en Cristo por la fe sola."

Lo entiendes ahora?

"Por eso le ordené que escribiera que había acabado su carrera. Su ministerio había finalizado. Pues así hago YO con cada uno de los llamados en Cristo, y con cada uno tengo Mi tiempo hasta sentarlo a Mi Diestra. Algunos, bien ves, se apoderan de aquel "ministerio" que Pablo dejó atrás, dándo todo eso por basura en comparación al conocimiento en el amor de Cristo. Quieren seguir corriendo y no sentarse; por eso les parece locura que no corráis con ellos. Pero no compite a los sentados a Mi Diestra intervenir en el proceso de llamar a nadie; sino aguardar, esperar que todo se cumpla escrupulosamente como os dejo ver en el Espíritu - Cristo en nosotros!"

"Por eso a Pablo le parecía ganancia la muerte ahora, pues nada aguardaba ya en este mundo, como tú y como todos los que Yo he matado primero; sino que había oído el Llamamiento Supremo, de lo alto. Bien sabía él que, para el "dormido" eso significaba sencillamente un "cerrar y abrir de ojos", hasta encontrarse en el aire transformado.

Llegúe a casa de Charo y estaba viendo una película francesa. Me preguntó por la cena y después de describírsela en trazos generales terminé con ella viendo el resto del drama. Después me vine al ordenador, a poner por escrito lo que el Espíritu me fue contando toda la tarde. Es cierto, es un descanso monumental cuando sabemos que nadie irá a "convertirse" a menos que Dios solo quiera "transformarle". El Espíritu jamás me ha dicho, hasta ahora, desde que miro desde arriba sentado a Su diestra, que yo me levante ni que llame a nadie; y además, me recuerda lo inútil que fue haber vivido tantos años, desde que soy "cristiano", queriendo en la "sala de las esperas" correr de un lado a otro para llamar a más gente para la Iglesia y "convertirlos". Hoy en día, cuando algún rasgo antiguo en mi profesión de cristiano se me ocurre, rápidamente el Espíritu corta de mí ese intento de raiz al principio, y con enseñanzas de lo alto me inclina más a oír que a hablar, y sobre todo a no perder mi tiempo queriendo "convertir" o "llevarle esperanza" a nadie!

En Su Reino, tenemos que ser claros y aceptar de una vez por todas que solo entra, ha entrado y entrará, aquellos a quienes Él Solo se haya propuesto introducir desde el principio. Ni uno solo faltará en Su recuento.

Es mi total y completa nulidad e ineficacia la primera lección que se me dio a ver cuando sin tener donde yo caerme muerto escuché Su Llamado. Sin pasar por esta crisis y quedarse con esa convicción de por vida, de que somos pura inutilidad en nosotros propios, nadie seguirá hasta la cima. Si no hemos visto la muerte inherente que nos impregna de alto a bajo, es decir, todo nuestro flujo y nuestra lepra, nuestra inmundicie y total depravación, NO VAMOS A SALIR FUERA DEL CAMPAMENTO. Es imposible iniciar la escalada a la cima del llamamiento supremo si no nos vemos libres de nosotros mismos. A ninguno que pasa la puerta del campamento para acercarse a Dios se "convierte", sino que se "le mata" del todo primero. Y luego, si al Sacerdote le place, le resucita y sienta a Su Diestra. Este es el orden Divino y no hay otro.

Qué absurdos hemos sido los cristianos en nuestro campamento base, o sala de esperas, juzgando que podíamos así, con nuestras "buenas intenciones", sustituir este bendito Llamamiento personal e individual de Dios hacia la persona que quiera Él introducir en Su Reino, con nuestras pretendidas "conversiones". Pero si nosotros nunca nos convertimos. No pasamos de la cepa tuerta. Cómo entonces queremos convertir al mundo? Cada uno tiene ya en su nacimiento trazado su muerte. Pongamos una ilustración para verlo más claro. Al principio en su caída se le dio al hombre a ver esta pesada maldición de su muerte irremediable. No hay que proclamar esta verdad ni hacérsela oír al mundo, sino que todos y cada uno de los seres nacidos son un testimonio fiel de lo que Dios ha sentenciado en ellos; y no hay ni un solo ser de este mundo que no haya pasado por muerte el Día de la Visitación.

Juzgamos que debemos expandir la Palabra, y no descansamos a la Diestra del Padre para ver desde allí, y comprobar cada día, cuan fielmente se cumple hasta la jota y tilde de Su Ley sin intervención humana. Así que sea Gentil o Judío, o de la Iglesia de nuestros días, cada uno tiene Su Llamado especial y particular. Al cristiano no le corresponde ubicar a nadie en parte alguna. Su contributo o su oposición aquí no sirven para nada. Son ineficaces e inútiles doctrinas religiosas, de la imaginación de carne. La ubicación de cada miembro correspondiente a cada Cuerpo por Él Creado es la obra sola de Dios. Es Su Cuadro Completo. Y todo en el Cuadro del Creador, quedará compuesto y acabado exactamente como Su Autor se lo imaginó y se propuso desde el principio.

Hay muchos y preciosísimos Cuerpos en el Cuadro de Dios. Y es cierto además que uno de ellos se puede denominar: El Cuerpo sentado a Su diestra.

El Cuerpo a Su Diestra está SENTADO AHORA. Y todos sus miembros sin excepción aguardan a toda hora que la Cabeza los mande LEVANTARSE; pero ahora, a Su Diestra, es el lugar de reposo donde llegan todos los que mueren ya para el mundo y son resucitados

Pero antes está, que vamos a ser llamados desde lo alto!

Lo cierto es que todos los cristianos aguardan por algo; lo único común entre las iglesias es que nos hayamos venido, o nos hayan traído, a todos, como a una "sala de espera". Aunque bien podríamos utilizar el plural, y decir "esperas", pues no todos los cristianos confiesan la misma esperanza. Es que no todos los denominados Cristianos aguardan lo mismo; y en este "intervalo" aguardando, al ser llamados por nuestros nombres, unos dicen que irán al cielo, aunque no sepan especificarlo o ilustrarlo ni sepan bien lo que el cielo pueda venir a ser; hay otros que sí tienen conocimiento Escritural, y estos son más específicos y dicen esperar ser llamados al Bema; y otros además, por su lado en la sala, lo que aguardan es la Venida de Cristo a la tierra con sus millares de santos. Y por último, los menos visibles en la lista de espera, están los que aguardan para ver en concreción el lugar que el Espíritu Santo les ha enseñado a Su Diestra, y estos últimos serán llamados En Cristo primero. Estos últimos cristianos, como decimos, que en la sala de espera aguardan calladitos esperando a toda hora que sean erguidos, casi nunca son visibles en la congregación de reunidos en la antesala de las esperanzas cristianas. Andan cada uno por Su lado, por el lado que la Cabeza determine. No se juntan a menos que el Espíritu les junte. Pero generalmente andan solos y embaucados en las cosas del Espíritu. Son ULTRADEPENDIENTES DE DIOS EN EL CRISTO QUE AHORA VIVE SU VIDA POR ELLOS. Por eso saben que nada pueden, y le dejan en manos del Padre todas sus cosas. Es cierto que han muerto para el mundo. Sus familias, al principio, se resignan generalmente, pero no dejan de forzarlos a "enveredar" por la senda de todo el mundo. Juzgaban que un "buen cristiano" debía saber ser un buen padre de familia, y que gobernase sus negocios con sabiduría. Todo lo contrario sucede con estos tales EN CRISTO. Aunque quisieran, ya no pueden atender a esos quehaceres. Es cierto que, para los demás cristianos, tengan la esperanza que tengan, todas esas virtudes éticas universales siguen vigentes, y se pueden señalar los que no son tan "fanáticos" como para descuidar a sus familiares y negocios y dejarlos de lado. Además, el Dios y Padre de ellos, es un Dios que quiere de todas formas que él se ocupe de estas cosas, y habla de la prosperidad, de la vida abundante, de la salud y de mil bendiciones más; en esto se parecen bastante con los políticos mundanos; y como ellos también procuran los medios para traer "la paz en el mundo".

Como vemos, hay muchas "esperanzas" entre los cristianos de nuestros días, en la sala dispensacional que nos hallamos.

Yo, que arrastro mi alma pecadora la mayor parte del tiempo solo por sueños, visiones y revelaciones, hoy andando por Madrid y de camino al restaurante donde cenaba con mi hermano, iba pensando en el descanso tan monumental que me dio Dios, cuando con todas las pruebas me enseñó que el hombre jamás vendría a modificarse, y mucho menos a "convertirse", y el Espíritu comenzó en mi trayecto a exponerlo más claro:

"Mira, mefi-boset, creo que no debe haber una idea o pensamiento más erróneo y engañoso para el "cristiano" que la doctrina de la "conversión" que se han sacado de su imaginación. Mira bien lo que te digo: Si tan siquiera pudieses ser modificado (como Yo te he enseñado que jamás podrías), no habría Yo tenido que entregar a Mi Hijo Jesucristo en manos de Sus enemigos. Para qué? si bastase que tú te convirtieras para volverte a Mí, de todo "tu corazón", entonces Su sacrificio habría sido un tremendo desperdicio. Y al no entenderlo el hombre, todavía, tampoco comprende de que valió la expiación o pago que cumplió en Su agonía. La Gente también sigue diciendo por ejemplo que se convirtieron al Islam, o al Budismo. Y no pocos cristianos, compartiendo la ignorancia de la Gente del mundo, como no conocen Mi sentencia sobre la humanidad entera, tratan también ellos en todo momento de "convertir" lobos en corderos: Hacer prosélitos conversos para la Iglesia y expandir así por el mundo Mi verdad y conocimiento. Pero es que el oído carnal humano no puede discernir las cosas celestiales. Es como si tú le hablases castellano a un pobre chino que nunca haya salido de su región ni escuchado otra lengua sino el mandarín. Mi Verdad y Conocimiento solo se extenderá por el mundo como las aguas cubren el mar el Día que hayan doblado todos sus rodillas en completa sumisión, y entonces Yo desbordaré Mi Palabra con los medios que me haya propuesto."

Y siguió diciendo:

"Todo esto de la "conversión" del mundo es un engaño tremendo del enemigo para obstaculizar el Llamamiento Supremo en Cristo; pero fíjate cómo pude en Mi tiempo hacerte a ti reconocer Mi Voz, siendo tan inútil y de ningún provecho. Faltará alguno de lo que Yo escogí antes de la fundación del mundo? Así que hoy en día, no se te debería ocurrir llamar a nadie a Mi diestra, ni nada parecido. Porque solo entrarán en Mi reposo aquellos que Yo solo quiera y haya escogido; y a ti solo te he traído aquí para que veas Mis propósitos cumplidos, y que me alabes en tu deslumbramiento viendo Mi perfección!"

Llegué al restaurante resplandeciente con este bendito descanso en mi meditación; ya estaban Nono y María, y María la mujer de mi hermano, me presentó a su hermana Conchita y pedimos la carta. Comimos callos a la madrileña, esta vez regados con una botella de Rioja tinto que escogieron Nono y María. Se hacen los "callos" con tripa de cerdo cocida hasta quedar muy tierna, y en el caldo se cuecen morcillas y chorizos deliciosos que le dan después de dos horas cociendo una salsa final espesa donde unta bien el pan. Es picante y conlleva algunas aromáticas como hierba buena y comino.

Conchita es psicóloga y le han diagnosticado una "metástasis" o propagación cancerígena por varias partes de su cuerpo. Tiene treinta y seis años y la vitalidad de una niña de quince. Yo sabía de antemano de su estado por mi hermana Charo, y en el camino a pie hasta el restaurante andaba pensando en esto de la "esperanza" del cristiano. Sin embargo, con aquella enseñanza, el Espíritu me descansó diciendo que no quisiera yo "darle esperanzas a nadie". Por eso llegué resplandeciente y bien dispuesto a la cena. Ni yo hablé de esperanzas, ni Conchita en ningún momento juntos en la cena sacó a relucir su estado de salud. Y dos horas y media más tarde salimos del restaurante y volvimos los dos a hacer el camino de vuelta a pie. Son las doce y media de la noche y todavía hay abiertas varias cervecerías y bares. Tomamos la última? Abotoné el abrigo y sin más demoras, despidiéndonos de Nono y María, acabamos en amena tertulia hasta que cerraron el local a las tres de la madrugada.

Dejé a Conchita a la puerta de su casa, y yo seguí bajando la Avda. Castellano hasta el parque del Retiro, después giré a la izquierda hasta la puerta de Alcalá, y de ahí a casa de Charo son más solo diez minutos. Cuando despedía Conchita, comenzó el Espíritu a enseñarme más cosas del llamamiento supremo como si nada nos hubiera interrumpido en mi ida al restaurante, y siguió diciendo:

"Ayer me preguntabas cómo era posible que Pablo dijese en el Gran Secreto que YA ESTAMOS SENTADOS A LA DIESTRA, y que al mismo tiempo, en Filipenses, donde escribe ya hecho "prisionero de Jesucristo", nos diga que él mismo no pretenda ya haberlo alcanzado."

"Pues, mira, ignorante mefi-boset: No que haya llegado ya, dice el apóstol viendo todo el Cuadro completo de Mis propósitos acabados, donde Yo le enseño "lo que no es" como "si fuese ya"; y como Abraham, ya no pudo con lo que vio y palpó volverse atrás; sino que por el enamoramiento con el cual le envuelva Yo Su Dios y Padre, no dejaba de mirar el sitio de donde provenía Mi Voz, desde la tercera y más alta gloria; y entonces, conociendo un mero rasgo o centella de Mi gloria y hermosura, se "sentó" en el lugar preparado por Su Padre en Cristo por la fe sola."

Lo entiendes ahora?

"Por eso le ordené que escribiera que había acabado su carrera. Su ministerio había finalizado. Pues así hago YO con cada uno de los llamados en Cristo, y con cada uno tengo Mi tiempo hasta sentarlo a Mi Diestra. Algunos, bien ves, se apoderan de aquel "ministerio" que Pablo dejó atrás, dando todo eso por basura en comparación al conocimiento en el amor de Cristo. Quieren seguir corriendo y no sentarse; por eso les parece locura que no corráis con ellos. Pero no compite a los sentados a Mi Diestra intervenir en el proceso de llamar a nadie; sino aguardar, esperar que todo se cumpla escrupulosamente como os dejo ver en el Espíritu - Cristo en nosotros!"

"Por eso a Pablo le parecía ganancia la muerte ahora, pues nada aguardaba ya en este mundo, como tú y como todos los que Yo he matado primero; sino que había oído el Llamamiento Supremo, de lo alto. Bien sabía él que, para el "dormido" eso significaba sencillamente un "cerrar y abrir de ojos", hasta encontrarse en el aire transformado.

Llegue a casa de Charo y estaba viendo una película francesa. Me preguntó por la cena y después de describírsela en trazos generales terminé con ella viendo el resto del drama. Después me vine al ordenador, a poner por escrito lo que el Espíritu me fue contando toda la tarde. Es cierto, es un descanso monumental cuando sabemos que nadie irá a "convertirse" a menos que Dios solo quiera "transformarle". El Espíritu jamás me ha dicho, hasta ahora, desde que miro desde arriba sentado a Su diestra, que yo me levante ni que llame a nadie; y además, me recuerda lo inútil que fue haber vivido tantos años, desde que soy "cristiano", queriendo en la "sala de las esperas" correr de un lado a otro para llamar a más gente para la Iglesia y "convertirlos". Hoy en día, cuando algún rasgo antiguo en mi profesión de cristiano se me ocurre, rápidamente el Espíritu corta de mí ese intento de raíz al principio, y con enseñanzas de lo alto me inclina más a oír que a hablar, y sobre todo a no perder mi tiempo queriendo "convertir" o "llevarle esperanza" a nadie!

En Su Reino, tenemos que ser claros y aceptar de una vez por todas que solo entra, ha entrado y entrará, aquellos a quienes Él Solo se haya propuesto introducir desde el principio. Ni uno solo faltará en Su recuento.

Es mi total y completa nulidad e ineficacia la primera lección que se me dio a ver cuando sin tener donde yo caerme muerto escuché Su Llamado. Sin pasar por esta crisis y quedarse con esa convicción de por vida, de que somos pura inutilidad en nosotros propios, nadie seguirá hasta la cima. Si no hemos visto la muerte inherente que nos impregna de alto a bajo, es decir, todo nuestro flujo y nuestra lepra, nuestra inmundicia y total depravación, NO VAMOS A SALIR FUERA DEL CAMPAMENTO. Es imposible iniciar la escalada a la cima del llamamiento supremo si no nos vemos libres de nosotros mismos. A ninguno que pasa la puerta del campamento para acercarse a Dios se "convierte", sino que se "le mata" del todo primero. Y luego, si al Sacerdote le place, le resucita y sienta a Su Diestra. Este es el orden Divino y no hay otro.

Qué absurdos hemos sido los cristianos en nuestro campamento base, o sala de esperas, juzgando que podíamos así, con nuestras "buenas intenciones", sustituir este bendito Llamamiento personal e individual de Dios hacia la persona que quiera Él introducir en Su Reino, con nuestras pretendidas "conversiones". Pero si nosotros nunca nos convertimos. No pasamos de la cepa tuerta. Cómo entonces queremos convertir al mundo? Cada uno tiene ya en su nacimiento trazada su muerte. Pongamos una ilustración para verlo más claro. Al principio en su caída se le dio al hombre a ver esta pesada maldición de su muerte irremediable. No hay que proclamar esta verdad ni hacérsela oír al mundo, sino que todos y cada uno de los seres nacidos son un testimonio fiel de lo que Dios ha sentenciado en ellos; y no hay ni un solo ser de este mundo que no haya pasado por muerte el Día de la Visitación.

Juzgamos que debemos expandir la Palabra, y no descansamos a la Diestra del Padre para ver desde allí, y comprobar cada día, cuan fielmente se cumple hasta la jota y tilde de Su Ley sin intervención humana. Así que sea Gentil o Judío, o de la Iglesia de nuestros días, cada uno tiene Su Llamado especial y particular. Al cristiano no le corresponde ubicar a nadie en parte alguna. Su contributo o su oposición aquí no sirven para nada. Son ineficaces e inútiles doctrinas religiosas, de la imaginación de carne. La ubicación de cada miembro correspondiente a cada Cuerpo por Él Creado es la obra sola de Dios. Es Su Cuadro Completo. Y todo en el Cuadro del Creador, quedará compuesto y acabado exactamente como Su Autor se lo imaginó y se propuso desde el principio.

Hay muchos y preciosísimos Cuerpos en el Cuadro de Dios. Y es cierto además que uno de ellos se puede denominar: El Cuerpo sentado a Su diestra.

El Cuerpo a Su Diestra está SENTADO AHORA. Y todos sus miembros sin excepción aguardan a toda hora que la Cabeza los mande LEVANTARSE; pero ahora, a Su Diestra, es el lugar de reposo donde llegan todos los que mueren ya para el mundo y son resucitados en Cristo para Dios.

Ninguno aquí podrá jamás ya levantarse sin la orden que esperan proveniente de la Cabeza; y mucho menos, por tanto, por absoluta imposibilidad de hecho, salir fuera a la calle queriendo "convertir" a nadie. Y por qué? pues, simplemente, porque hemos visto la total imposibilidad que sería para nosotros realizar ese proceso, el milagro por el cual hemos sido nosotros transportados a Su Diestra.

Seamos claros: En nada intervenimos nosotros para ser traídos al lugar Altísimo, y en nada contribuiremos trayendo a nadie; sencillamente, porque ese es el milagro de Dios con cada hombre en apartado, a puerta cerrada y en Su sola intimidad con Él. No precisa el Padre de intervenciones eclesiásticas ni de nada humano carnal para darse a conocer.

Si, el mundo va a perdición, asegura el Espíritu. Pero antes está, que vamos a ser llamados desde lo alto.

Dados en Cristo para Dios.

Ninguno aquí podrá jamás ya levantarse sin la orden que esperan proveniente de la Cabeza; y mucho menos, por tanto, por absoluta imposibilidad de hecho, salir fuera a la calle queriendo "convertir" a nadie. Y por qué? pues, simplemente, porque hemos visto la total imposibilidad que sería para nosotros realizar ese proceso, el milagro por el cual hemos sido nosotros transportados a Su Diestra.

Seamos claros: En nada intervenimos nosotros para ser traídos al lugar Altísimo, y en nada contribuiremos trayendo a nadie; sencillamente, porque ese es el milagro de Dios con cada hombre en apartado, a puerta cerrada y en Su sola intimidad con Él. No precisa el Padre de intervenciones eclesiásticas ni de nada humano carnal para darse a conocer.

Si, el mundo va a perdición, asegura el Espíritu. Pero antes está, que vamos a ser llamados desde lo alto.

 

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