LOS FUNDAMENTOS; CAP 1 De diferentes maneras y por diversos medios
LOS FUNDAMENTOS
DE LA VERDAD DISPENSACIONAL
E. W. BULLINGER
Transcripción: Juan Luis Molina
NOTA.-TODOS
LOS VERSÍCULOS DESTACADOS EN NEGRUZCA NO PERTENECES A LA TRADUCCIÓN ORIGINAL
Y HAN SIDO PUESTOS PARA FACILITAR EL ESTUDIO, FUERON TOMADOS DE LA BIBLIA ELECTRÓNICA
SWORD DE LA BIBLIA VERSIÓN
REINA VALERA 1960.
CAPÍTULO 1
1. DE DIFERENTES
MANERAS Y POR DIVERSOS MEDIOS
Nuestra primera labor consiste en hacer un estudio sobre el tema completo,
por cuanto el hecho en sí de que Jehová haya hablado a la Humanidad es el hecho
más importante del mundo.
En Hebreos 1:1, 2 nos ha
dicho cómo ha hablado en cuanto a dos de esas ocasiones y maneras. Estas partes, y modos (puesto
que este es el significado de esas palabras) deben ser debidamente
interpretadas si deseamos alcanzar la verdad que contienen
dentro (2 Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a
Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la
palabra de verdad.).
Hebreos 1:1-2 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en
otro tiempo a los padres por los profetas, 2
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
No tendremos
dificultad alguna en hacerlo si las consideramos dignas de nuestra más absoluta
atención, y comenzamos con la firme convicción de que todas las
palabras pronunciadas por Dios, así como todas Sus
obras, son perfectas (Salmo 111:2).
Salmos 111:2 Grandes son las obras de Jehová, Buscadas de todos los que las
quieren.
Todo lo que tenemos que hacer para ello es buscar y
observar con atención lo que está escrito. Nos encontraremos,
entonces, que existen seis partes o modos, y que todos
aparecen en un orden perfecto:
1. – Desde la creación del hombre,
Jehová ha hablado personalmente, desde el primer momento, con los hombres en
particular, sin hacer uso de ningún intermediario humano o de otra clase. A
partir de Adán en adelante, pasando por Caín y Abel, por Enoc, Noé, Abraham y,
después de ellos, a los patriarcas, hasta el llamamiento de Moisés en la zarza
ardiente (Éxodo 3:10). El libro de Génesis pertenece, pues, a esta parte o modo.
Éxodo 3:10 Ven, por tanto, ahora, y
te enviaré a Faraón, para que saques de
Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
2. – A partir del llamamiento de
Moisés, que data del origen de la nación de Israel (Éxodo: 1), Jehová comenzó
entonces a hablar valiéndose de agentes o medios humanos; y habló a los
padres del pueblo hebreo. Moisés fue el primero, en la línea de los
profetas, por medio del cual les habló, y el último de ellos fue Juan el
Bautista, considerado por el Espíritu Santo como el más grande entre ellos
(Mateo 11:11).
Mateo 11:11 De cierto os digo: Entre
los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero
el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
Malaquías, el último de los profetas del Antiguo Testamento, anticipa la
proximidad en la llegada del Ángel del pacto, es decir, el Mesías
(por medio del cual Jehová establecería el Nuevo Pacto), y del mensajero que
habría de preparar el camino ante Él. Ese mensajero actuaría
con el espíritu de Elías. Vale la pena observar que Moisés y Elías, el primero
y el último de los profetas del Antiguo Pacto, se hallan reunidos en Malaquías
4:5.
Malaquías 4:5 He aquí, yo os envío
el profeta Elías,(A) antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
Juan el Bautista fue enviado con
el espíritu y el poder de Elías (Lucas 1:17).
Lucas 1:17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para
hacer volver los corazones de los padres a los hijos,(C) y de los rebeldes a la
prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
De haber sido recibido su
testimonio, habría sido considerado por el pueblo como el propio Elías (Mateo
11:14).
Mateo 11:14 Y si queréis recibirlo,
él es aquel Elías que había de venir.(E)
Pero al producirse el asesinato de
Juan, se cerró el periodo durante el cual Dios había hablado por
medio de los profetas. A ese tiempo o parte pertenecen
los libros que van de Éxodo hasta Malaquías, junto con Mateo 1:1 hasta 3:12.
3. A
partir de ese momento Dios vuelve a hablar, una vez más, de una manera Divina.
Porque Dios habló entonces por el Hijo (Hebreos 1:2).
Hebreos 1:2 en estos postreros días
nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien
asimismo hizo el universo;
Seguía siendo Dios
el que hablaba, por supuesto, porque el Hijo no habló por su propia
cuenta ni haciendo uso de sus propias palabras, sino por las palabras de Aquel
que le envió (véanse Deut.18:18, 19, y Juan 7:16; 8:28; 8:46, 47;
12:49; 14:10; 14:24; 17:8).
Deuteronomio 18:18-19 18
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis
palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras
que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.(G)
Juan 7:16 Jesús les respondió y
dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
Juan 8:28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis
levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago
por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
Juan 8:46-47 ¿Quién de vosotros me
redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
47 El que es de Dios, las palabras de
Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
Su ministerio
comenzó con la triple declaración Escrito está (Mateo 4:4, 7,
10), y terminó también con una triple referencia al origen y verdad de la Palabra de Dios (Juan
17:8, 14 y 17). A este tiempo que así habló, pertenecen
los Cuatro Evangelios.
Mateo 4:4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de
pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.(B)
Mateo 4:7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu
Dios.(E)
Mateo 4:10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al
Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.(F)
Juan 17:8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las
recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú
me enviaste.
Juan 17:14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Juan 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
4. Desde el momento en que nuestro
Señor ascendió a los cielos hasta el rechazo y repudio del repetido
llamamiento hecho por Pedro a la nación Israelita, rogando que se
arrepintiesen (Hechos 2:38; 3:19-26)
Hechos 2:38 Pedro les dijo:
Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Hechos 3:19-26 Así que, arrepentíos
y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la
presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20
y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; 21 a quien de cierto es necesario que el cielo
reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló
Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. 22 Porque Moisés dijo a los padres: El Señor
vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él
oiréis en todas las cosas que os hable;(B) 23
y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del
pueblo.(C) 24 Y todos los profetas desde
Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días. 25
Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con
nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las
familias de la tierra.(D) 26 A vosotros primeramente, Dios, habiendo
levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se
convierta de su maldad.
y hasta Hechos 28:25-28, Dios
habló por medio de los que le oyeron (Hebreos 2:3) y se
limitaron a confirmar lo que el Hijo había hablado desde (este) principio,
sin ir más allá de lo que había dicho el Hijo.
Hebreos 2:3 ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
Hechos 28:25-28 Y como no
estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien
habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres,
diciendo: 26 Ve a este pueblo, y
diles: De oído oiréis, y no
entenderéis; Y viendo veréis, y no
percibiréis; 27 Porque el corazón de
este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han
cerrado, Para que no vean con los
ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.(B) m 28
Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y
ellos oirán.
No hubo, ni dieron los que le
oyeron, una nueva revelación de la verdad, sino que se fortaleció la revelación
que ya entonces se conocía, dando testimonio el Espíritu Santo por medio de
ellos Sus milagros, dones y manifestaciones (Hebreos 2:4),
Hebreos 2:4 testificando Dios juntamente con ellos, con
señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo
según su voluntad.
del mismo modo que también el Hijo
había testificado respecto a sí mismo por medio de aquellos milagros, acerca de
los cuales habían los profetas hablado anticipadamente. A este tiempo pertenecen
los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas generales (que van después a los
Evangelios en los mejores y más antiguos de los manuscritos griegos, donde, por
lo general, Santiago sigue a los Hechos), y las Epístolas paulinas, aquellas
que fueron escritas durante esos mismos tiempos, es decir,
antes de Hechos 28:23-28.
5. Cuando esos tiempos tocaron
su fin, Dios entonces volvió a hablar, una vez más, por Él mismo, y haciendo
uso del espíritu de verdad, tal y como había sido
anteriormente prometido por Cristo en Juan 16:12-15.
Juan 16:12-15 Aún tengo muchas cosas
que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;
porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y
os hará saber las cosas que habrán de venir.
14 El me glorificará; porque
tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo
lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará
saber.
No habló de (o acerca
de) sí mismo, sino solamente lo que había de oír del Padre (porque el Padre
guardaba los tiempos y las sazones bajo Su propia potestad)
(Hechos 1:7).
El Espíritu entonces habló, como lo había hecho anteriormente, dejando
las palabras por escrito en la
Biblia (o escrituras) de verdad, por mano de Pablo,
prisionero de Jesucristo. A continuación dejó constancia de las
preciosas doctrinas que, hasta entonces, habían sido guardadas en
secreto y que no habían sido posibles dar a conocer hasta que
los hechos respecto a los sufrimientos, la muerte, la
resurrección y la ascensión de Cristo hubiesen tenido lugar, ya que esas
secretas doctrinas se basaban en estos mismos hechos concluidos, y ese Gran
Secreto y sus doctrinas se encuentra solamente en las Epístolas que fueron
escritas en la cárcel (Efesios, Filipenses y Colosenses); y también a esos
tiempos pertenecen Timoteo, Tito y Filemón (dirigidas a esas personas
en particular).
6. Finalmente, vemos la participación
o el medio humano en la persona de Juan Evangelista, su siervo, que dejó por
escrito la Palabra
de Dios al respecto del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que él
mismo, Juan, fue testigo presencial (Apocalipsis. 1:1, 2).
Apocalipsis
1:1-2 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus
siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio
de su ángel a su siervo Juan, 2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios,
y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
A este tiempo pertenecen,
además de sus Epístolas, también el Apocalipsis.
Ahora estamos, por
tanto, en una posición que nos permite enumerar las seis diferentes
maneras y diversos medios de los cuales se valió Dios para hablar a la Humanidad (Hechos 1:1).
Hechos 1:1 En el primer tratado, oh
Teófilo,(A) hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a
enseñar,
Aparecen y están
puestos, en su estructura, en un orden alternativo y de la siguiente manera:
A1 DIVINA. Por el propio Jehová, sin intervención humana, así
habló a Adán (Gén. 1:28) hasta el llamamiento hecho a Moisés (Éxodo 3:10). A
estos tiempos pertenece el libro de Génesis.
Génesis 1:28 Y los bendijo Dios,(E)
y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las
bestias que se mueven sobre la tierra.
Éxodo 3:10 Ven, por tanto, ahora, y
te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de
Israel.
B1 POR MEDIO
HUMANO. Por medio de los
profetas (Hebreos 1:1
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a
los padres por los profetas), desde el
llamamiento de Moisés (Éxodo 3:10 Ven, por tanto, ahora,
y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de
Israel) hasta el final de Juan el Bautista (Mateo
3:12; 14:10-12). El Éxodo y el resto del Antiguo Testamento, hasta Mateo 3:12, ( )pertenecen y se encuadran a esos tiempos.
Mateo 3:12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su
trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
Mateo 14:10-12 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y
fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su
madre. 12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron
el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús.
A2 DIVINA. Por medio de Su Hijo (Hebreos 1:2;
Dt. 18:18, 19), desde el principio (Mateo 3:13) hasta el final de su ministerio
(Mateo 27:66 y los pasajes paralelos). A estos tiempos pertenecen
los Cuatro Evangelios.
Hebreos 1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
Deuteronomio 18:18-19 18 Profeta les levantaré de en medio de sus
hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo
que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras
que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.(G)
Mateo 3:13 Entonces Jesús vino de
Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.
Mateo 27:66 Entonces ellos fueron y aseguraron el
sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
B2 POR MEDIO
HUMANO. Por medio de los
que oyeron (al Hijo) (Hebreos 2:3, 4), desde Hechos 1:1 hasta 28: 31. A estos tiempos por
tanto pertenecen los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas generales y las
primeras Epístolas paulinas que fueron escritas durante aquellos tiempos.
Hebreos 2:3-4 ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4
testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y
diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
A3 DIVINA. Por medio del Espíritu de verdad (Juan
16:12-15), a través de Pablo, prisionero de Jesucristo (Efesios
3:1-12; 2ª Tim. 1:8). A esos tiempos pertenecen las Epístolas
que fueron escritas posteriormente en prisión (Efesios, Filipenses, y
Colosenses), y 1ª o al menos, 2ª de Timoteo, y Tito.
Juan 16:12-15 Aún tengo muchas
cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero
cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir. 14
El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso
dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Efesios 3:1 Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo
Jesús por vosotros los gentiles;
2 Timoteo 1:8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio
de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por
el evangelio según el poder de Dios,
B3 POR MEDIO
HUMANO. Por medio de Su
siervo Juan (Ap. 1:1, 2). A ese tiempo pertenece el
libro del Apocalipsis.
Apocalipsis 1:1-2 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para
manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró
enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios,
y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Aquí tenemos, como podemos
ver, seis diversas maneras y diferentes medios. Dios empleó
cada una de ellas para hablarle al hombre. Seis es el número
del hombre, y de todo lo que tiene relación con él. Desde el
final de aquellos tiempos, Dios no le ha vuelto a hablar al hombre,
ni de manera directa, por Sí mismo, ni indirecta, por intervención humana
alguna. Sin embargo, el hombre ahora dispone de la Palabra de Dios, escrita y
completa, sin que haya que sustraerle ni añadirle nada. Todo hombre se
encuentra a la misma altura ante ella, y todo aquel que hoy en día afirme haber
recibido cualquier tipo de revelación diferente procedente de Dios, debe ser
considerado anatema (Gálatas 1:6-9)*
*
Hay personas que así lo afirman y en nuestros días existen
muchos que lo confiesan, pero aquellos que les dan oídos, o no conocen las
escrituras o se dejan dominar por espíritus malignos.
Gálatas 1:6-9 Estoy maravillado de
que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para
seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que os
perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Mas
si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente
del que os hemos anunciado, sea anatema.
9 Como antes hemos dicho, también
ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis
recibido, sea anatema.
En esas seis diferentes
ocasiones y de esas diversas maneras habló Dios en la antigüedad, y, desde
entonces, podemos decir que Dios ha guardado silencio.
Sin embargo, Dios volverá a hablar en un tiempo
futuro por séptima vez, y esa vez lo hará independiente de
toda intervención humana. Hablará desde los cielos (Salmo 1:1,
etc.). Esa será la séptima vez que lo haga, y de ese modo
quedará todo sellado con el número de la perfección espiritual. Todo
será entonces perfecto. No, por supuesto, el hecho de que hable en general,
sino el hecho de que, con todas las ocasiones que ya lo ha hecho de diversas
maneras, completará en perfección espiritual entonces lo que Dios le haya dicho
al hombre.
En Hebreos 1 y 2 tenemos
la clave de todo esto, y para mostrar que esa clave es perfecta, es preciso que
echemos un vistazo nuevamente a esos capítulos, puesto que manifiestan y dan
testimonio de las mismas perfecciones que aparecen en todas las obras de Dios.
Al telescopio, por muy potente que sea, no le es posible aproximarnos las obras
distantes de los cielos y ponerlas a la vista descubierta del hombre, y el microscopio
no es capaz de describirnos en toda su extensión las diminutas perfecciones de
Sus obras aquí en la tierra. Utilicemos, para empezar, el primero, el
telescopio, y veamos estos dos capítulos como una sola unidad, y entonces
estaremos preparados para hacer uso después del microscopio y así poder
examinar algunas de sus infinitas perfecciones.
Los dos capítulos están
divididos en cuatro partes, en un orden alternativo: el primero y
el tercero tienen como sujeto principal a Dios Mismo, que es
Quien habla; el segundo y el cuarto al Hijo,
por medio del cual habló.
A/ 1:1, 2-. Dios habló, en
el pasado, por medio de los profetas.
B/
1:2-14. El Hijo, por medio del cual habló: superior a los ángeles (4); Dios (8)
A/ 2:1-4. Dios habla, por medio de Su Hijo, durante
los últimos días.
B/
2:5-18. El Hijo, por medio del cual habló (1:2); poco menos que
Elohim (7) el Hombre (6).
Esta estructura se explica
por sí sola y es el mejor comentario sobre estos dos capítulos, ya que cubre
toda la gama del tema; permitiéndonos llegar, por medio de ellos, al
significado de sus palabras y llamando nuestra atención, de manera especial,
sobre aquellos puntos que se han enfatizado para este propósito.
En primer lugar, nos damos
cuenta de que las cuatro partes, apareciendo de forma alternativa,
están colocadas por parejas, señaladas por la misma letra (A y A; B
y B, con caracteres romanos e itálicos, respectivamente) del
siguiente modo A (desde 1:2 hasta 2:1): Dios, habiendo hablado muchas
veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…Por lo tanto, deberíamos
prestar suma atención a las cosas que hemos oído, etc.
De la misma manera debemos
leer en delante de la B
a la B (desde 1:14 hasta 2:5) de la siguiente manera:
Pues, ¿a cuál de los
ángeles dijo jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies? … Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca
del cual estamos hablando… etc.
Por tanto, hay ocho sujetos
que se han enfatizado, de manera solemne, a fin de que nos fijemos en ellos.
Así, pues, ahora podemos hacer uso del microscopio para poder verlos de una
manera mucho más detallada, fijándonos en el orden de las palabras (en el
griego) en el grupo A (1:1, 2-).
A/C a/ Habiendo
hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo
b/ Dios
habló
c/ a
los padres
d/ por
los profetas
C/ a/
En estos postreros días
b/
nos ha hablado
c/
a nosotros (Hebreos)
d/
por (Su) el Hijo.
Aquí tenemos los ocho
puntos o sujetos apareciendo en dos series. En nuestra primera sección
dedicamos nuestra atención al primero de ellos. Aquí ofrecemos sus cuatro
puntos, que nos conducen a los restantes cuatro, los cuales debemos reservar
para nuestra próxima sección.
1. Dios, habiendo
hablado. Ese es el primer gran hecho.
2. Habló en
el pasado, o antiguamente, en contraste con lo pueda
haber dicho en ocasiones posteriores,
3. Habló a
los padres. No a los gentiles o personas de las demás naciones.
4. Habló por
medio de los profetas, no por medio de los sacerdotes. Tampoco por medio de
los falsos profetas ordenados por los hombres (que por fuerza habrían de
ser falsos), sino por los profetas en cuyos
escritos se encuentran, solamente, las palabras de Dios.
Hebreos 1:1-2:18 1 Dios, habiendo
hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, 2 en estos postreros días nos
ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien
asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y
la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la
palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
4 hecho tanto superior a los ángeles,
cuanto heredó más excelente nombre que ellos. 5
Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he
engendrado hoy,(A) m y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo?(B) m 6 Y
otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.(C) m 7
Ciertamente de los ángeles dice: El
que hace a sus ángeles espíritus, Y a
sus ministros llama de fuego.(D) m
8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del
siglo; Cetro de equidad es el cetro de
tu reino. 9 Has amado la justicia, y
aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió
Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.(E) m 10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la
tierra, Y los cielos son obra de tus
manos. 11 Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, 12 Y
como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán.(F) m 13
Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de
tus pies?(G) m 14 ¿No son todos espíritus ministradores,
enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?
HEBREOS CAP 2 1 Por
tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos
oído, no sea que nos deslicemos. 2 Porque si la palabra dicha por medio de los
ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa
retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos
una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el
Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
4 testificando Dios juntamente
con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del
Espíritu Santo según su voluntad. El
autor de la salvación 5 Porque no sujetó
a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; 6 pero alguien testificó en cierto lugar,
diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te
acuerdes de él, O el hijo del hombre,
para que le visites? 7 Le hiciste un poco menor que los
ángeles, Le coronaste de gloria y de
honra, Y le pusiste sobre las obras de tus manos; 8 Todo
lo sujetaste bajo sus pies.(A) m Porque en cuanto le sujetó todas las cosas,
nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le
sean sujetas. 9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco
menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del
padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por
todos. 10 Porque convenía a aquel por cuya causa son
todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar
muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la
salvación de ellos. 11 Porque el que santifica y los que son
santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos
hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis
hermanos tu nombre, En medio de la
congregación te alabaré.(B) m 13 Y otra vez:
Yo confiaré en él.(C) m Y de nuevo:
He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.(D) 14 Así
que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó
de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la
muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. 16
Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la
descendencia de Abraham. 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus
hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a
Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 18
Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para
socorrer a los que son tentados.
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